Bgo en Namur 41

Hoy, a pesar de hacer 5º, el coche estaba ligeramente congelado, empañado no, congelado, aparte de muy sucio porque en Bélgica llovió a mediados de octubre y no ha vuelto a llover casi. Pero bueno, el hielo ya no es un problema porque tengo mi tapa de plástico/rasqueta.

Hoy he dado tres horas de clase. En las dos primeras los chavales se han portado bastante mal y han estado muy charlatanes y revoltosos y algunos me han aparecido sin los deberes. La tercera en cambio ha sido muy agradable, los chavales han hablado, sí, pero ni han gritado ni han cantado (que se creen que no voy a dar parte o así, pero sí que doy parte y les informó de que lo voy a dar, pero ni por esas) y me han traído los deberes muy bien hechos.

Luego he venido a casa a comer y lo primero que ha hecho Pierrick al verme ha sido avisarme de que el jueves no puedo aparcar el coche en mi calle porque iban a limpiar las alcantarillas y si no, me lo iba a llevar mi amiga la grúa (que me la suelo encontrar por el barrio, pero sé que no es su culpa, que la culpa es del técnico del ayuntamiento que no señalizó con antelación). He comido y he ido a dejar el libro de Juego de Tronos en la biblioteca. No he cogido otro porque sabía que esta semana no iba a leer mucho y para que no me cobraran a lo tonto.

Y he vuelto a casa y me he puesto a trabajar. Y me ha llamado Pierrick y me ha dicho que ha encontrado mi cartera en la calle, justo delante de casa. Ya me va salvando la vida dos veces hoy (bueno, de lo de la grúa me hubiera enterado porque Mónica ha puesto la notificación en la pared de la cocina, pero eso no le quita mérito al casero). Entiendo yo que se me habrá caído al bajarme de la bici o algo.

Por la tarde he estado trabajando y cuando ya no tenía nada más que hacer, he visto La hora de José Mota y Vaya Semanita. Me apetecía reírme. Y luego he ido a la piscina con Fran.

Hoy se ha batido el récord de personas hablando en el bordillo: 7. Es más, ni siquiera entraban en el bordillo y algunos estaban en doble fila. Les he pedido que no se quedaran ahí hablando y algunos me han hecho caso y se han puesto a nadar. Tres tías que yo no sé ni a qué han ido a la piscina (porque os juro que lo que hacían no era ni nadar ni nada) han hecho 100 metros y se han ido descongestionando bastante la calle. Aún así, he tenido que pedir paso un par de veces más.

Luego he vuelto a casa y me he duchado y ahora estoy escribiéndoos esto. Deborah me acaba de escribir diciendo que no hace falta que vaya a trabajar mañana, así que podré dormir un poco más. Ahora voy a cenar y a vaguear un poco y luego a dormir.